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Enfermedades de Transmisión Sexual (E.T.S.): Condiloma anal

ETS: Condiloma anal


La enfermedad de transmisión sexual anal mas frecuente en nuestro medio es el condiloma anal. Existen muchas otras como son: sífilis, gonorrea, herpes virus, etc... Es muy importante la valoración de cualquier síntoma (dolor anal, descarga de pus o moco por ano, sensación de tenesmo anal, dificultad o dolor en la deposición, sangrado rectal, etc. Dicha valoración debe ser realizada por un experto en estas patologías, ya que su diagnóstico rápido ayudaran a un inicio rápido y preciso del tratamiento adecuado y una más rápida recuperación.


El condiloma anal es una enfermedad de la piel que rodea el ano y que en ocasiones puede afectar también el interior del recto y la piel de los genitales. En el inicio se presentan como pequeñas formaciones (como el aspecto de un clavo) que van creciendo progresivamente sin ocasionar molestias, por lo que muchas veces cuando se descubren ya tienen un mayor tamaño.

El origen es una infección con un virus que se llama virus papiloma humano (VPH). Esta infección se transmite por contacto directo de persona a persona, incluyendo el contacto sexual.

El tratamiento es necesario ya que de lo contrario estas “verrugas” crecen tanto en volumen como en número pudiendo llegar a tamaños muy considerables, y por otro lado, hay suficiente evidencia que demuestra que si permanecen durante mucho tiempo sin tratamiento pueden llegar a producir cáncer de piel en la zona infectada.


El tratamiento puede ser con medicamentos o con cirugía dependiendo del tamaño y la localización. El medicamento por lo general es aplicado en la zona infectada y con cuidado de no afectar a la piel sana que rodea a las lesiones. La cirugía, cuando es necesaria, puede realizarse en muchos casos de forma ambulatoria (sin necesidad de ingresar en un centro hospitalario).


Las recaidas son comunes ya que los virus pueden estar durante unas semanas o incluso meses en piel aparentemente normal, por lo que se recomienda que después de que se finaliza un tratamiento se debe seguir un control en las consultas durante un periodo de 6 a 9 meses.


Así mismo también es recomendable el estudio de la persona con la que se mantiene contacto para descartar que ésta tenga lesiones que no hayan producido síntomas y que puedan ser la causa de la recidiva de las lesiones.